La motorización legislativa al otro lado del Atlántico
De la solvente pluma de Monsieur de Villefort:
“Aquellos que pueden permitirse juristas brillantes quizá son capaces de salir al paso. Quienes gocen de la influencia de poderosos grupos de presión pueden incluso encontrar maneras de convertir en ventaja esa acumulación de leyes. Mas ¿qué ocurre con el americano medio y los derechos que se les promete en nuestra Declaración de Independencia, Constitución y Declaración de Derechos? ¿Qué ocurre con ese pueblo y sus libertades fundamentales (como la libertad de expresión, de cultos y reunión) cuando nuestras leyes progresivamente restringen lo que podemos decir, controlan lo que hacemos y nos dicen cómo hemos de vivir? ¿Qué significa para la promesa nacional de igualdad el que nuestras leyes sean tan numerosas y complejas que tan sólo pueden transitarlas unos pocos acomodados o con influencias? ¿Y qué ocurre con nuestro respeto para la ley misma cuando la ley ya no refleja principios de sentido común, sino trampas imprevisibles para los incautos?”
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