El día 5 de septiembre de 2023 se publicó en el diario La Razón, un excelente artículo del magistrado del Tribunal Supremo José Luis Requero, bajo el título Reflexiones melancólicas, que trata sobre lo que está pasando, aprovechando la situación desastrosa en la que se encuentra el Poder Judicial en este país.
Indiferencia ciudadana
Para el autor, “con todo, lo peor es la indiferencia y no me refiero a la de los políticos, sino a la de los ciudadanos. Indiferencia es lo que les suscita la realidad de que el órgano constitucional que gobierna la Justicia esté bloqueado, con todo lo que eso supone para el normal funcionamiento del Estado de Derecho. Tampoco me extraña. El español ha demostrado ser un pueblo desmemoriado y moldeable. Bastan unos telediarios para que mire donde el poder quiere que mire y sólo atienda a la verdad oficial sobre igualdad, género, tendencias sexuales, fobias e intolerancias varias y, cómo no, cambio climático. Fuera de eso, no le pidas conciencia sobre valores como patria, Estado de Derecho, Justicia, respeto a la legalidad, responsabilidad, esfuerzo, etc., materias oficialmente declaradas fachas”.
Los constitucionalistas beodos[1]
“Y sigo elevando el tono porque todavía peor es el desprecio hacia el Estado de Derecho, entender que ni la Constitución ni la ley son un límite al poder sino su coartada; que si las exigencias del Estado de Derecho molestan o entorpecen, el gobernante está dispuesto a retorcerlo para seguir en el poder y si la norma se resiste, se cambia. Pero si es malo que haya gobernantes sin escrúpulos ante la apetencia de poder, triste es -al menos para mí- que se rodeen de juristas que, olvidando su condición, les sirvan ardides jurídicos para que puedan zafarse de los límites constitucionales. Para ello revisten sus servicios de sesudas razones jurídicas que, a duras penas, esconden su realidad: no son razones, ni jurídicas, ni sesudas, sino sofismas elaborados para concluir que nada hay más conforme a la Constitución ni más legal que los deseos de su señor.
Son juristas a los que, si se les encarga, serían capaces de razonarte la constitucionalidad de legalizar la esclavitud o la pena de muerte o que España es una república monárquica. Seré hiperbólico, pero la realidad supera toda hipérbole cuando razonan que la Constitución permite transformar a España en confederación de estados o que permite un referéndum de independencia o amnistías oportunistas o que el Poder Judicial no es único sino repartible entre esos estados confederados Hábil es indígenas en la forestad el Derecho, antepondrán su ideología o su partidismo a la razón jurídica, emplearán el Derecho contra el Derecho mismo para erigir en constitucional aquello que convenga al poder. Que se explayen opinando queda para su biografía, lo demoledor sería auparles a cargos decisorios, darles un laboratorio para que elaboren brebajes jurídicos que hagan las veces de Constitución”.
Tan preocupante como la existencia de esos constitucionalistas beodos, o puros mercenarios jurídicos, es la existencia dentro de las profesiones jurídicas de los denominados mitläufer[2], aquellos que se dejan llevar por la corriente y que terminan siendo, con su silencio o indiferencia, cooperadores necesarios de lo descrito por Requero.
[1] El constitucionalista beodo es un personaje (real) de “La fiesta del Chivo”, de Mario Vargas Llosa.
[2] “Los amnésicos”. Géraldine Schwarz. Tusquets Editores, 2020.